Phonogram, The Singles Club
El día de hoy reseñaré la miniserie Phonogram: The Singles Club. Publicada entre 2008 y 2010 por Image, esta serie es secuela de Phonogram: Rue Britannia publicada entre 2006 y 2007, esta serie, escrita por Kieron Gillen y con arte del genial Jamie Mckelvie y que narra las andanzas de un personaje llamado David Khol en su búsqueda por salvar a la diosa del Britpop, Britannia, quien se encuentra perdida.
Kohl utiliza la música para interpretar su propio estilo de magia llamada “phonomancy” (que bien podría traducirse como “fonomancia”) y en su camino conoce a otras personas que también poseen éste tipo de magia. Al final logra encontrar a Britannia.
La segunda miniserie, The Singles Club, difiere del primer volumen en el hecho de que más que narrar una historia continua entre todos los números, lo que hace es narrar un solo momento desde la perspectiva de diferentes personajes. Algo que ya se ha visto antes, pero que se interpreta de manera magistral. Todo ocurre en una noche en un club de música indie en el cual habrá un evento llamado “Never on a Sunday” (Nunca en Domingo) en el cual hay tres reglas: toda la música debe ser por intérpretes femeninas, todos deben bailar, y no se permite la magia. Ahí se reúnen toda una serie de personajes muy peculiares y cada una vive el mismo evento a su manera. En el #1 vemos la perspectiva de Penny B., una chica muy dulce, de esas que todos aman o aman odiar, de esas chicas que todo obtienen con una sonrisa pero que no tratan de aprovecharse de ello, más bien ve la vida de manera muy simple. En el segundo número vemos el mismo evento desde la perspectiva de Marquis, el chico del cual Penny está enamorado pero que no le corresponde pues tiene sus propias preocupaciones. El #3 nos muestra a los anfitriones, Seth Bingo y la chica silenciosa. El #4 es desde la perspectiva de Emily Aster, una chica que logró exiliar a su yo anterior a una especie de limbo, pero no pude verse al espejo sin toparse con ella. El #5 está dedicado a Laura Heaven, una chica que se define a si misma como una mala persona y que pasa toda la noche con citas y referencias a canciones de The Long Blondes. El #6 corresponde a David Khol y rompe y poco con la esencia de la serie, ya que aunque sigue haciendo referencia a la misma noche, los eventos ahí narrados son posteriores a la fiesta, y no durante ella. Y la serie termina en un genial #7 donde las acciones hablan más que las palabras.
Una de las maravillas de esta serie es que todo gira alrededor de la música, empezando por los títulos de cada número, y además las referencias musicales corresponden a bandas o interpretes indie, que cuando uno las busca en YouTube o iTunes tras leer el cómic se lleva una muy grata sorpresa. Hay un glosario al final de cada número para saber de qué banda o interprete es cada canción y tener un poco de información de las mismas. Entre los artistas recomendados destacan los antes mencionados Long Blondes, The Pipettes, Cansei de Ser Sexy, Los Campesinos!, Camera Oscura, The Kinfe, TV on The Radio.
En fin, una serie que vale la pena para aquellos que quieran alejarse un poco de los superhéroes y las grandes batallas y que además disfruten de la buena música y quieran recibir buenas recomendaciones. Oh, y el arte de Mckelvie hace que cada número valga la pena (la portada del #4 es de mis favoritas).
Aún se consigue casi toda a buen precio, y ya se anunció una nueva serie The Immaterial Girl (que por el arte promocional se intuye girará alrededor de Emily Aster y su antigua personalidad exiliada), así que sería bueno le dieran una checada.
Portada de la nueva miniserie de éste año:
Kuan Ti