La evolución que está matando la identidad de los grandes de internet: Tumbrl eliminará todo el contenido explicito/adulto
Desde hace unos años a la fecha, internet ha ido perdiendo neutralidad, esencia, la identidad que la definió en su masificación. Para los que empezamos en la red poco antes del inicio del nuevo siglo, sabemos que la internet se ha vuelto poco a poco en un espacio descafeinado. Al principio no teníamos reglas para compartir lo que se quisiera, la única limitante era la que nos brindaba la tecnología en aquella época para compartir contenidos de gran tamaño.
Todos hablábamos de Napster, torrents, libros y comics digitales, videojuegos apócrifos, P2P, pero el mundo del internet cambio desde aquel catastrófico cierre de Megaupload. Se perdió un acervo digital tan grande en todos los sentidos, que hasta el día de hoy muchos resentimos al tratar de conseguir archivos-información que data de más de 5 años para atrás, y todo en nombre del Copyright.
Muchos que están leyendo esto no lo saben, pero la motivación de más de uno de nosotros, era adquirir un equipo de cómputo para poder crear nuestras propias compilaciones en CD. Ahora con Spotify, muchos no conocieron lo que era internarse en redes como SoulSeek para encontrar ripeos de CD’s y Vinilos súper extraños o exclusivamente de colección.
Muchos teníamos la tonta idea de que internet nos estaba liberando de los medios convencionales y sus políticas de doble moral, pero al final, los medios convencionales son ahora los que tienen el control del internet. Han trasladado poco a poco sus contenidos y el control sobre los mismos a la red aprovechando ese ahora falso sentimiento de libertad. Lenta y maquiavélicamente han aprovechado el auge de las redes sociales como Facebook para matar a los blogs y sitios de opinión y contenidos, para darnos la estocada final con los streamings.
Ya había muerto tecnología maravillosa como Google Reader, al cual mataron por la verdadera razón de la afección que provocaba este lector de Feed a las estadísticas de las paginas las cuales al no tener números inflados no podían vender publicidad a precios astronómicos o no podían monetizar sus dominios de la forma que querían. En lugar de regular Megaupload, lo mataron. Los grupos de Hotmail, yahoo y Google no solo recibieron el largo brazo de la censura, si no que murieron bajo la innovación de Facebook.
Ahora la nueva víctima de la corrección es Tumbrl, una red social que originalmente fue creada para el nacimiento de blogs y que después de la adquisición por parte de Yahoo y posteriormente de Oath perdió su atractivo original, pero evolucionó en una red social que tenía por identidad en su mayoría contenido adulto, explicito, pornográfico para no darle vueltas, mucho de este contenido original, creado por los mismos usuarios.
Debido a un incidente de pornografía infantil, Apple decidió eliminar Tumbrl de la app store, lo que derivó a que la compañía ha anunciado que eliminará todo el «contenido adulto» a partir del 17 de diciembre de este año, y no será permitido de ahora en adelante, si bien dicen sus reglas que los usuarios podrán poner la etiqueta de “Explicit” a su blog, no será tolerada ninguna conducta de carácter sexual, y literalmente no podrán enseñar pezones, bello, piel en demasía.
No defiendo la conducta impropia perse de situaciones como el incidente que se presentó, eso está mal y debe de ser castigado hasta sus últimas consecuencias. Pero estamos llegando a un punto en el que pronto existirán servicios “alternos” y no regulados para acceso a todo lo que internet está decidiendo que está mal. Será como el lenguaje políticamente correcto que solo se utiliza en internet, porque yo sigo escuchando en la vida diaria que no se utiliza ese lenguaje “inclusivo” (gracias al creador). Estamos cayendo en un juego tonto de control, en el que cualquier pretexto será bueno para imponer lo que se considera es correcto.
Muchos se llenan la boca diciendo “Yo no veo televisión, solo uso netflix” y no reparan en que Netflix es contenido impuesto y controlado (al igual que el resto de los servicios de streaming ya sea de video o de música) y en toda la publicidad incidental incluida en todas y cada una de sus producciones propias. En pocas palabras, cambiamos de diablo, pero hemos regresado al mismo infierno…